Los diablos rojos se imponen

La selección belga cumplió ayer con los pronósticos y venció 2-1 a Argelia, tras remontar un gol en contra, en el primer partido del grupo H del Mundial de Brasil disputado en el estadio Mineirao de Belo Horizonte.

Una batalla intensa. El delantero argelino Sofian Feghouli abrió el marcador en el minuto 25 al transformar un penal, pero en la segunda parte el centrocampista Marouane Fellaini igualó con un remate de cabeza (70) y a diez minutos del final, Dries Mertens puso el 2-1 con un tiro duro y colocado.

Bélgica, cuarta en México-1986 en su mejor actuación mundialista, no jugaba en una Copa del Mundo desde hacía exactamente 12 años y su eliminación en octavos de final ante Brasil (0-2) en Japón y Corea del Sur-2002.

La victoria es una justo premio para los Diablos Rojos, que fueron constantes animadores del juego y llegaron al Mundial como posible relevación a partir de un plantel joven y con gran calidad técnica que en su mayoría juega en las grandes ligas de Europa.

Bélgica se vio limitada a probar de media distancia, con dos remates de Axel Witsel despejados por el arquero Rais Mbohli, y tuvo una única chance cara dentro del área con una apilada de Eden Hazard que Chadli no pudo rematar con fuerza

Diablos Rojos despiertos. La entrada de Dries Mertens por Chadli, una mayor rapidez para hacer circular el balón y la utilización de las bandas le cambiaron un poco la cara a los belgas en el inicio del complemento.

La presión belga se acentuó. Pasados los 65 minutos, Origi tuvo una ocasión clarísima para empatar en un mano a mano que el arquero rival rechazó de manera espectacular con un pie.

Y cinco minutos más tarde llegó el merecido empate, con un precioso cabezazo de Fellaini, que peinó una pelota por encima de un impotente Mbohli. Los Diablos Rojos no se conformaban con la igualdad y fueron por la victoria.
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