Santa Fe la pasó muy mal durante 60 minutos, encontró un gol que le dio tranquilidad y al final logró sacar un empate que le sabe a gloria en el partido de ida de la semifinal de la Copa Suramericana. El próximo 25 de noviembre, cuando salga a la cancha para enfrentar a Sportivo Luqueño, con el 0-0 entra clasificado para jugar los dos últimos partidos del torneo.
No fue el mejor partido de Santa Fe, que acusó en la noche de Luque algo de cansancio por la maratón de partidos que ha afrontado durante todo el 2015, con Libertadores, Liga, Copa Colombia y Suramericana. Sportivo Luqueño, mucho más fresco físicamente, se le fue encima. No lo dejó pensar: era difícil ver a los de rojo haciendo tres pases seguidos. Y tuvo además un defecto que los paraguayos aprovecharon cada vez que pudieron: todos los rebotes, ofensivos y sobre todo defensivos, los perdió.
En uno de ellos, a los 13 minutos, llegó el gol de Luqueño: después de un cobro de tiro libre y un rebote que cayó a la mitad de la cancha, el central Aldama la devolvió a las 18, Enrique Meza la bajó y el argentino Guido di Vanni anotó el 1-0.
A partir de ese momento, el resto de la primera etapa y los primeros 15 minutos de la segunda fueron una tortura para Santa Fe, que pudo haber recibido dos o tres goles más. La única que tuvo a su favor, a los 19 minutos, la perdió debajo del arco, increíblemente, Juan Daniel Roa, luego de un gran desborde y una doble gambeta de Luis Quiñones.
Luqueño se aprendió la fórmula para hacerle daño a Santa Fe y casi le repite el gol. A los 21, casi los mismos protagonistas del primer tanto estuvieron cerca de marcar el segundo: Aldama la bajó de cabeza y Meza, con la marca del central de Santa Fe del mismo apellido, la mandó al horizontal. Y los rebotes fueron dolor de cabeza constante: a los 40, David Mendieta, el exjugador del Cali, cobró un tiro libre y Róbinson Zapata evitó el segundo. Y en un nuevo rebote, a los 46, Mendieta la tiró a un costado, Di Vanni centró y Aldama la tiró afuera.
La segunda etapa comenzó siendo casi lo mismo, aunque Luqueño no tenía la misma precisión de la primera etapa. A los 12 minutos, Marcelo Báez casi mete un gol olímpico y exigió a Zapata. Era el segundo.
El DT Gerardo Pelusso tuvo que ajustar su equipo, porque varios jugadores estaban presos de los nervios: Mina, Balanta, Gordillo, Salazar... Este último se fue de la cancha y Baldomero Perlaza ingresó a reforzar la mitad del campo. La primera que tocó fue gol, con un remate de unos 25 metros que se fue quemando pasto antes de meterse en el arco de Jorge Chena.
A partir de ese momento, el partido fue otro, con un Santa Fe que comenzó a parecerse mucho más al de Avellaneda, cuando venció con justicia a Independiente. Salvo en el tiempo de reposición, Luqueño no volvió a llegar. Wilson Morelo, que anda peleado con el arco rival, casi marca el segundo... Pero más allá de eso, el 1-1 deja a Santa Fe muy cerca de una final inédita.
tomada de: eltiempo